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viernes, 27 de septiembre de 2013

Europa a las puertas de una catástrofe

Europa a las puertas de una catástrofe


La economía mundial ha perdido la dirección de su desarrollo y los intereses del capital mundial no coinciden con los intereses del pueblo.

La crisis hacia la cual se precipita no solo la UE, sino también EEUU no augura un final feliz. Marc Rousseau, doctor en Ciencias Económicas, publicista y autor de muchos libros, ha comentado a La Voz de Rusia sobre las razones que conducen a esta situación.
Rousseau califica la economía actual de “locura” y a la catástrofe hacia la cual, según su opinión, se mueven los países desarrollados, de “programada”.
Aunque el experto nos propone que diferenciemos los retos objetivos de los imaginarios. Él los relaciona, por ejemplo, con el crecimiento de las economías de los países en desarrollo. Ya hoy les corresponde la mitad de las mercancías producidas en el mundo. Pero como no hay quien pare el proceso de transferencia tecnológica, la competencia por parte del anterior tercer mundo se incrementará cada vez más. Es importante ponerse a pensar en el factor chino, así como no olvidar a la India, la cual pronto superará a China en número de habitantes.
Sin embargo, Marc Rousseau considera errónea la idea de que la culpa principal de la crisis se debe al sector financiero. Según su opinión, los bancos no son más que el chivo expiatorio:
Como causas fundamentales de la crisis pueden ser reconocidas cinco anomalías. La más importante de ellas (que frecuentemente olvidamos porque precisamente involucra los intereses de la autosuficiente potencia norteamericana), es la negación del cambio directo del dólar por oro. Esto fue promovido por el presidente Nixon, el 15 de agosto de 1971. Desde este momento la economía comenzó a tambalearse. Así pues, para 1980 entró de cabeza en la fase de inestabilidad mundial.
Mensualmente el Sistema de Reservas Federales (SRF) produce de la nada ochenta y cinco mil millones de dólares para el financiamiento del déficit norteamericano, nos recuerda Rousseau. La segunda anomalía, según su versión, es el intercambio global de mercancías. La mano de obra barata en los países en desarrollo erosiona la industria de los países desarrollados:
Debido a la política de libre circulación de mercancías que ha enriquecido a China, Francia ha perdido en treinta años tres millones de puestos de trabajo en el sector industrial.
Esto no es un llamamiento a regresar a los impuestos aduaneros en la frontera de Francia; en solitario, ni Francia ni Alemania podrían desarrollar, digamos, la rama de la aviación o la espacial. El científico presupone que el libre flujo de mercancías y las preferencias deberán actuar en los marcos de toda Europa y otras asociaciones regionales autosuficientes.
El tercer problema, que es olvidado por los actuales tecnócratas, son los valores espirituales. La Europa de hoy se encuentra en una situación de degradación política, espiritual y democrática, asegura Marc Rousseau:
Los valores espirituales tradicionales constituían la grandeza militar y económica de Europa y de Francia. Los defendieron el general De Gaulle y el mariscal Pétain, cada uno a su manera. No podremos crear una economía estable sin el lema de Vichy: “Trabajo-Familia-Patria”, De Gaulle también defendió el trabajo y la familia con ayuda del capital continental y lo hizo ya después de 1945.
En calidad de las dos últimas causas de la crisis en el Viejo Mundo, Rousseau designa un seguimiento por parte de los políticos de la doctrina de Keynes, ya que altos gastos gubernamentales van a crear puestos de trabajo y estimular la economía, así mismo, también llama a la intención de desarrollar la economía de la demanda, el crédito y al consumo personal. Según las palabras de Rousseau, la economía desarrollada es la economía de la oferta con empresas de capacidad competitiva que trabajen para la exportación. La primera que entendió esto en Europa, según su opinión, fue Alemania.
fs/kg/sm
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.

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