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domingo, 4 de marzo de 2018

Putin dobla la apuesta frente al hipermilitarismo nuclear de Trump



El discurso de Vladímir Putin ante la Asamblea Federal de Rusia, a 3 semanas de su segura reelección, fue consagrado a la Defensa como una réplica a la carrera nuclear de Trump y el Pentágono.

Vale la pena desempolvar mi reciente artículo sobre cómo EEUU engañó a Rusia con promesas incumplidas al abusar de la megacandidez de Gorbachov, quien "liquidó a la URSS, abandonó el comunismo y disolvió la alianza militar comunista del Pacto de Varsovia, bajo las promesas verbales, sin ningún documento que lo respalde", según explica el historiador e investigador Eric Zuesse en su ensayo 'Cómo EEUU engañó a Rusia'. La URSS cumplió por lo tanto de forma unilateral toda la parte del trato bilateral, lo cual no fue correspondido por EEUU cuando la OTAN absorbió uno a uno los países del Pacto de Varsovia y se dio el lujo de rechazar la membresía de Rusia.

El zar Vlady Putin, quien confesó que la disolución de la URSS había constituido una catástrofe geopolítica, no va a aceptar el nuevo guion del Deep State estadounidense que usa la histeria del neoMacartismo del Russiagate para mantener su colosal presupuesto militar y el despliegue de sus misiles nucleares alrededor de Rusia con el fin de arrodillarla y enfrentar a solas a China, su verdadero enemigo a medio y largo plazo.

Trump, hoy controlado por los militares de EEUU tal y como pudo verse con la degradación de su yerno Jared Kushner, ha propuesto un presupuesto hipermilitarista que mediante la nueva carrera armamentista pretende sacar de la carrera a Rusia, de la que cree haber detectado dos vulnerabilidades —que ya fueron descritas por desde el anterior vicepresidente Joe Biden pasando por Strobe Talbott, estratega del Departamento de Estado de Clinton, hasta sus sesgados think tanks—. Estas vulnerabilidades serían su declinante demografía —en el mayor territorio del planeta— y su crisis económica, con un bajo precio del petróleo y el gas, que EEUU y Europa han profundizado mediante asfixiantes sanciones con el pretexto de la anexión de Crimea.

A 18 días de las elecciones presidenciales en Rusia, el zar Vlady Putin cambia el curso de la historia y advierte a EEUU de no jugar con el fuego nuclear.

La reciente Revisión de la Postura Nuclear del Pentágono, sumada a un presupuesto de gasto hipermilitarizado, contempla la incorporación de armas nucleares de "bajo rendimiento" en cualquier teatro de operaciones en el cada vez más complejo "ambiente" de amenazas de Rusia y China, definidos como "estratégicos enemigos revisionistas".

Rusia tenía dos opciones ante la carrera armamentista acelerada por Trump y el Pentágono que se subsume en la concreción del gasto militar y el uso de bombas nucleares: o rendirse de forma humillante y pusilánime, al estilo de Gorbachov y Yeltsin, o redoblar la apuesta, como acaba de hacer el zar Vlady Putin.

La puja nuclear de Trump, en medio del montaje escenográfico del Russiagate, se debe en gran medida a que, a nivel de armas convencionales, Rusia rebasó a EEUU, sin hablar de la Unión Europea, que también busca rearmarse hasta los dientes tal y como pudo verse en la reciente Cumbre de Seguridad de Múnich.

Se evidencia así el elevado gasto hipermilitarista tanto de parte de EEUU —con US$1,6 billones para armas nucleares avalados por Obama— como por parte de la Unión Europea, que de aquí a 2024 prevé destinar a su Defensa unos US$378.000.

En su transcendental discurso a la nación, el zar Vlady Putin recomendó a EEUU cesar su aventurismo nuclear ya que hoy Rusia posee una serie de nuevas armas de alta tecnología que superan cualquier tipo de defensa, en clara alusión a todo el despliegue balístico de defensa (THAAD, por sus siglas en inglés) con el que EEUU ha rodeado principalmente a Rusia, pero también a China.


Para que Trump y el Pentágono entiendan el alcance de Rusia en su fase de parusía, el zar Vlady Putin usó pantallas gigantes y el despliegue de las nuevas armas supersónicas con videos de apoyo —con animaciones computarizadas en donde evaden las defensas de EEUU— y advirtió a EEUU de que cualquier uso de armas nucleares contra Rusia tendría una "respuesta inmediata".

La mitad de su discurso estuvo consagrada a la defensa, donde alardeó de un misil de crucero nuclear de "rango ilimitado", así como de drones lanzados desde submarinos que golpean portaviones y ciudades costeras y toda una panoplia de misiles hipersónicos con una nueva arma laser.

Solo con el despliegue de estas armas hipersónicas, el zar Vlady Putin hace inútil el exagerado presupuesto militar de Trump y la Revisión de la Nueva Postura del Pentágono.

Usualmente las verdaderas armas letales son ocultadas hasta el inicio de las hostilidades.

Dmitri Trenin, Director del Carnegie Moscow Center, comentó que la subida de la apuesta del presidente Putin exhibe "lo cerca que EEUU y Rusia se han movido hacia una colisión militar", por lo que la agenda de ambas superpotencias "se verá limitada a un solo tema: prevenir la guerra".

El zar Vlady aseguró que Rusia no amenaza a nadie, pero que ha sido obligada a defenderse del cerco de la UE y de EEUU y sus sistemas antimisiles, que Moscú temió que podían neutralizar su respuesta ante un hipotético primer golpe nuclear de EEUU.

Putin enunció que "nadie [sic.] nos escuchó", en clara alusión a su discurso en la Conferencia de Seguridad de Múnich en 2007.

Ahora EEUU debe "escuchar" después de la asombrosa exhibición de la panoplia de armas de alta tecnología que Putin definió como "confiables garantes de la paz en nuestro planeta porque aseguran el equilibrio estratégico en el mundo".
Estas armas de alta tecnología no son fabricadas de un día para el otro, pero el tono y el lugar en el que se produjo la advertencia del zar Vlady Putin, de 65 años de edad, a 3 semanas de su reelección —asegurada con más del 80% de aceptación—, constituye la réplica a la carrera nuclear de Trump y el Pentágono que provocaron gran preocupación en Moscú.

El presupuesto de Defensa de Rusia es de lejos más pequeño que el de EEUU, por lo que el Kremlin puede quedarse atrás en el nuevo maratón armamentista, como sucedió en la fase de Ronald Reagan y Daddy Bush y que ahora Trump pretende imitar. Sucede que los corredores de tal maratón no son los mismos, ya que ni Clinton ni Daddy Bush ni Gorbachov se parecen a Trump o a Putin.

Hoy con Putin Rusia puede responder a una agresión y golpear nuclearmente a cualquier parte del planeta.


Según Anton Troianovski, del The Washington Post, "EEUU ha instalado sistemas misilísticos de defensa Aegis en Rumania y Polonia que han exasperado al Kremlin" y violan el Tratado de Armas Intermedias Nucleares (INF, por sus siglas en inglés). En su artículo se acepta que "los 44 silos de misiles interceptores que EEUU maneja en Alaska y Hawái, así como las instalaciones Aegis y THAAD que opera con sus aliados en Asia y Europa, no podrían repeler un ataque multimisilístico total de Rusia". Una cosa es combatir al embrionario armamento de misiles y nuclear de Corea del Norte y otra es enfrentarse a Rusia.

New York Times (NYT), más preocupado por las tribulaciones judiciales y mercantiles de Trump, reduce la transcendencia del histórico redoble de la apuesta del zar Vlady y se mofa de la "nueva generación de armas nucleares que incluyen un misil de crucero intercontinental invencible" destinado a "reasegurar a los rusos de a pie [sic.] que un considerable nuevo gasto social mejorará la calidad de sus vidas".

El NYT pone en tela de juicio la existencia misma de "esta nueva generación de armas nucleares avanzadas" ya que el "engaño" opera en el "corazón de la presente Doctrina militar rusa".

Mientras, el NYT se desvive por buscar una serie de "expertos" condicionados, por no decir lubricados, por el generoso Deep State para desechar la nueva tecnología rusa como un bluf, muy al estilo del jugador de casinos Trump, la apuesta estratégica de Putin constituye un punto de inflexión que rompe el equilibrio global de fuerzas a favor de Rusia.

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